jueves, 29 de julio de 2010

21-El final de la tragedia

¿Eso es en lo que me había convertido yo? Pero antes de contestarme, una espada silbó en el viento. Yo no tuve más remedio que defenderme. Sus golpes era más fuertes y violentos. Pero yo tenía algo que ellos no tenián: esperanza. La esperanza de que todo vuelve a ser como antes y sin Apiuntón. Una piedra se cruzó en mi camino y caí al suelo duro del bosque. Sentía un fuerte dolor de espalda, pero aún así intentó incorponerme pero Marco se tiró hacia mi. Y si guió peleando. Renocí la misma escena pero en la que esta vez era diferente.Cuando su espada estaba muy cerca de mi cuello dijo:

-Blanca, aunqué me duela en el alma, tengo que matarte.

-Marco, no puedes hacerlo. Si es por la culpa de tu maestro, puedo matarle.

Pero ni con mis palabras sus ojos dejaron de dar destellos de odio. Ni su espada flejeó en sus manos. Entonces mi yo humano apareció y un gran magnetismo se extendió entre el corto espacio entre los dos. Me acerqué a su cara aún, con sus espada cerca de mi cuello, y le besé.Un beso compasivo y con una pizca de cariño. Como si fuese una despedida sin sentimiento. Cuando me separé dije:

-Matame ahora Marco.

Marco levantó su espada al viento y yo cerré los ojos. Pero no noté, ni oí como se clavaba la espada en mi. El único sonido que había era los fuertes latidos de mi corazón. Abrí los ojos y vi la cara de Marco, aún sujetando su espada. Resplandeciente en la oscuridad del paisaje. Ví temblar su mirada.Su rostro ya no era tenso, sino que tenía tristeza y temor.Tiró su espada al suelo que hizo retumbar las hojas de los árboles.

-Ya te dije una vez, que no podía matarte. Y no puedo. Y menos ahora.

Se mirada se llenó de felicidad y me devolvió el beso. Se levantó y me incorporé. Apiuntón estaba rabioso de la traición de su pupilo y dijo:

-Marco, no me esperaba esto de tí. Has decidido morir y así será. Y tú, inmortal también sufriras el mismo destino.

Apiuntón hizó surgir una bola de un rojo intenso y la disparó en mi dirección. La esquivé. Le lancé una bola de fuego blanco. Él lanzó otra bola roja y las dos llamradas se chocaron entre sí. Provocando que un fuerte destello blanquecino-rojizo apareciese. Apiuntón estaba concentrado en la llamarada. De pronto una llamarada azul celeste impactó en el cuerpo de Apiuntón y lo debilitó. Aproveché la situación y le lancé otra llamarada. Está impactó contra él, d enuevo, y le dejó inconsciente y originando una charca de color rojo rubí a us alrededor. Me sorprendío la facilidad de matar a aquel villano. Miré a Marco y él a mi. Y dijo:

-Vamonos de aquí.

Me agarró de la mano y fuimos a rescatar a William. Su cara estaba llena de felicidad y sus ojos brillaban con luz propia. Estava feliz, pero algo me decía que pasaría una desgracia.

-Ahora, se que lo único que quiero es estar contigo y nada más.

Agradecí sus palabras, pero me dí cuenta que yo no sentía lo mismo que él. Solo amistad y nada más. Tras sus palabras, me sobresalté al ver como algo impactaba contra Marco. Este se quedó en silencio y su rostro ahora estaba petrificado. Su cuerpo se arrodilló y cayó al suelo.

-Marco,Marco.¿Qué te pasa?

Oí un carcajada malvada y me dí la vuelta. Apiuntón estaba aún vivo agonizando. Pero ello no evitó que matase a Marco. Marco estaba apoyando en mi regazo y me cogió la mano. Me miró a los ojos y noté como aquella luz de sus ojos iba desapareciendo.

Entonces dijo:

-Blanca, no me olvides.

Te quiero y ahora puedo estar tranquilo por tu tener lo que más queriá un beso de tus labios. Prometeme que serás feliz, aunque yo no este. Te quiero bella mia.

Marco cerró los ojos y su respiració. Sentí como mis ojos lloraban sin ninguna razón por aquel final. Pero no quería dejar su cuerpo tirado en aquel oscuro lugar. Y tenía que rescatar a William. Pero no hizó falta cuando vi que William salía ,con paso firma, de la cueva y se dirigía a mi.

jueves, 22 de julio de 2010

20-La tempestad
De nuevo,demasiadas preguntas para cero respuestas.Vi el rostro de Marco.Su mandibula en tensión y sus ojos llenos de odio, le daban un aspecto de asesino con ganas de arrebatar a la primera persona que se encontrase. No era el chico que me confeso sus sentimientos en el instituto.Intenté acercarme un poco más, pero al cercarme una piedra cayó al vacio y chocó contra la cabeza de alguno d elos secuaces.Sabia que corría peligro,pero aún así me mantuve serena.Se originó un gran rebuelo y unos cuantos hombres subieron, junto con Apiuntón y Marco, al lugar donde me encontraba.Necesitaba tiempo, así que corrí al exterior sabiendo que vendrían tras de mi. Corrí todo el camino hacia el exterior.Ya fuera me escondí cerca un árbol de tronco ancho y aspecto antiguo.

-Aquí debe de estar. A no ser que sea un animal.

-No es un animal y su olor es muy dulce. El tipo de olor de un ser inmortal.Querida, sal de donde estes.Podemos hablar

Sus palabras eran tan falsas pero su tono intentaba ser amable.Entonces dije:

-¿Sí?.Pues dime,¿donde está mi guía y liberalo?

-Me temo que tu petición no es posible.

Salí de mi escondite y corrí d eun salto en el centro del corro que habian formado.Levanté la cabeza y fije mi mirada a sus caras diciendo:

-Entonces deberaís morir.

De pronto dos de los secuaces corrieron hacia mi y me atacaron al modo tradicional: a puñetazos.Aquello me hizó reir y esquive todos sus golpes fallidos. Después les devolví los golpes y cayerón. Otros cuantos secuaces aparecieorn con katanas pero ni eso pudo con la fuente de odio que me dominaba.Y mi mejorado y verdadero yo estaba en pleno extasis de felicidad.

-Si teneis ganas de juagr con katanas, por mi vale.

Una sonrisa malvada apareció en mi rostro.Como si aquello me gustase.

Tras unos espadazos contra mis oponentes, lo único que se oía era el sonido agudo del acero chocado. Sin saberlo, maté a los hombres que tenía delante con sus propias katanas. Aquella escena me hizó recordar a Kill Bill.Pero yo no era tan sanguinaría¿o sí?.Esperé al siguiente movimienton.Entonces Apiuntón dijo:

-Veo que te subestime.Pero ahora veremos si eres tan fuerte.

Supe que me iba a enfrentar contra él. Apiuntón dirigió su mirada a us pupilo: Marco. Y este salió a defender a su maestro. Aún tenía el rostro tenso y sus ojos brillaban de rabia. Era como si él no fuese él.

miércoles, 21 de julio de 2010

19-La cueva secreta
No se cuanto tiempo estuve inconsciente, pero desperté y me levanté, lentamente.Mire a mi alrdedor y vi que estaba en el mismo sitio.Me pregunté porque razón me habia quedado inconsciente y no tenia ninguna respuesta. Dejé de pensar en ello y me dirigí, sin saberlo, a una cueva oculta en el bosque. De la que salían voces extrañas y golpes de acero.Andé sigilosa por el pasillo de piedra.A cada nuevo paso que daba, oía retumbar la voz de Apiuntón y sus secuaces. Vi una luz rojiza que provenía de lo más profundo aquella cueva. Me dirijí al fondo de la cueva y vi lo que en ella escondía y me quedé estupefacta ante aquello. La luz rojiza se habia transformado en un rayo muy potente que sobresalia de las manos,huesidas, de Apiuntón. Aquella cueva se había convertido en la base de las maldades de aquel villano.Llena del olor del azufre y la piedra muerta. Me escondí tras una de las piedras cercanas a una especie de balcon donde se podia ver todo aquello. Vi que los secuaces de Apiuntón iban de aquí para allá. También vislumbré un gran panel donde se mostraba el pueblo y todas sus casas.

-Ya estamos cerca.Espero que esa entrometida no fastidie mi malvado proyecto.

¿Seguro que la inmortal está debil?

-Así es maestro. Tras la lucha que mantuve con ella pude comprobar que sus fuerzas estaban muy débiles.Por la fuerza que malgastó en ello.

-Excelente. Con la inmortal debilitada y el guía retenido, podremos ganar esta batalla de una vez por todas.

Entendí todo lo que habían dicho¿Cómo que capturaron a William?.Y ¿porque y para que era aquel rayo que emanaba de las manos de aquel odioso personaje?

martes, 20 de julio de 2010

18-La caminata
A cada paso que daba me preguntaba si también Leo se habría convertido en aquellas cosas. Y si Marco tendría algo que ver con el hechizo de su maestro. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no vi por donde iba. De nuevo en tierra, vi que el lugar era diferente a medida que me alejaba. Aquella parte del bosque daba algo de repelus. El único sonido que escuchaba eran los quejidos de los viejos árboles. Aquel sonido me puso la piel de gallina. Pero, aún así, seguí caminando.Aquella caminata se me hacia eterna. Como si estuviese toda mi vida caminando. Sentí que me faltaba el aire y tuve que parar para recuperarme.Cogí todo el aire que pude para que mis pulmones siguiesen haciendo su trabajo. Al abrir los ojos, vi que esta vez me encontraba en un prado. Aquel lugar me hizo recordar al prado donde Edward Cullen y Bella Swan se refugiaban. Me pregunté si algún día podría snetir lo mismo que aquellos personajes.Pero a lo largo de mi vida habia pasado tantos malos encuentros con el amor que poco a poco dejé de creer en él. Me olvide de aquello y vi que cerca de donde estaba habia algo resplandeciente en la hierba verde.Aquel objeto hacia brillar la hierba de un haz de colores. Me acerqué y me agache a coger aquello que tanto brillaba. Retiré las hojas secas y vi que lo que tanto brillaba era lo mismo que estaba buscando. Cogí el colgante con mis dedos y lo examiné.Era exactamente igual al que vi en mi sueño hace dias.
Sabía lo que tenía que hacer y deprisa.Al depositar el colgante ,sobre la palma de mi mano, un destello blanco inundó el paraje. Sentí el miedo en mi garganta creyendó que aquel sería mi final. Pero no.Tras el fogonazo, me invadió un sentimeinto de orgullo, rabia y odio como la ultima vez en el instituto. Sentí a una nueva yo mejorada. A la vez que me notaba diferente fisícamente. Sin pensarlo, corrí montaña abajo. Mis pies parecian flotar sobre el terreno durante todo el trayecto. El viento me invadia la cara, como si muchos alfileres me pinchasen el rostro. Tenía que ir donde auqel ser estaba. Pero sin saberlo mis pies me llevaron a otro lugar.Antes de llegar me sentí muy cansada y caí redonda al suelo quedandome inconsciente.

lunes, 19 de julio de 2010

17-La solución de todo mal.
Oí unos gruñidos.Los mismos que habían emitido esas cosas que tenían el aspecto de mis primas.Busqué un refugio y me escondí tras la maleza.Rogué para que no pudiesen olerme u oírme,sino estaba perdida. Uno de ellos apareció en el claro.Se detuvo y analizó el lugar. Aquella cosa tenía el aspecto repulsivo.Era una mezcla entre un orco y un ratza. Intenté relajarme y mi verdadero yo gritaba furioso para que le dejase salir. Podía haberlo hecho, por las circunstancias, pero no lo hice.El bicho ese se fue y salí de mi, minúsculo,escondite.No sabia que hacer.Pensé en el culpable de aquello:Apiuntón. Se notaba, claramente, que aquellas criaturas eran obra suya. Ya a salvo llamé a William y apareció al minuto.Él,al igual que yo,estaba alerta y preocupado.

-¡Blanca!,¿estas bien?.Creí que esos seres te habían atacado

-No, pero casí.Digamos que mi tía y mis primas se han vuelto monstruosas y han intentado matarme.Pero salí por los pelos.

-¿Sabes que esta pasando?

-Supongo que todo esto tiene la firma de Apiuntón

-Así es.Apiuntón quiere hacerte daño utilizando a tus seres queridos como señuelos para volverse contra ti.Y así debilitarte.


Asentí con la cabeza y una duda surgió de mi cabeza.¿Como podría hacer aquello?¿Y si al final mi tía y mis primas seguirían siendo aquellos monstruos?

-Tranquila.Que seguro que lo conseguirás.Y tu tía y tus primas dejarán de ser lo que son.

Puse los ojos como platos cuando dijo todo aquello

-¿Cómo sabes lo que estoy pensando?

-Porque leo el pensamiento.¡Creí que eso no te lo conté!

-No.Pero bueno. ¿Cómo eliminó el hechizo de Apiuntón?

William puso su cara de pensar y dando vueltas por el claro.Hasta que dijo:

-¿Te acuerdas del colgante que te dí para darme una señal?

-Sí.¿Por?

-Pues en él está el mapa para conseguir el colgante Earthsun.Ese colgante anula el hechizo parcialmente al enemigo.

Al oír aquel nombre me sonaba al típico anuncio de crema solar.

-Pero el verdadero, que elimina este tipo de hechizos tan poderoso, se encuentra en lo más alto del bosque.Lo reconocerás por que es el mismo colgante que viste en tu primer sueño.

William me indicó el camino para conseguir el colgante.¡Y pensar que la solución de salvar todo aquello dependía de un objeto.!

-Recuerda que tienes que tener mucho cuidado en todo lo que hagas.-dijo William

Tras oír sus instrucciones, me despedí y atravesé el bosque.
16-Ojos rojos y sin pupila.
A cada paso que daba, una nueva visión aparecía ante mi. Todas aquellas personas eran tan felices e ignorantes con lo sucedido.Me detuve en el quiosco, que días atrás había visto.Pero esta vez no había niños jugando.Sino el vació y un siniestro frío que me ponía los pelos de punta.¿Qué pasaba?-me pregunté.Seguí andando y vi que la mitad de la población, por no decir que toda, habían parado su vida diaria y habían desaparecido. Aquello me resultó muy sospechoso,pero luego pensé que quizás se habían ido de vacaciones.Llegué a casa,pero eso sí, anocheciendo.Saqué las llaves,frías, del bolsillo de la sudadera. Entré en casa y vi que Sonia y Nerea estaban jugando en el salón.
-¡Hola!,¿A que estáis jugando?-dije tocando el hombro de Sonia.
Esta se giró bruscamente y gruño de forma salvaje. Vi que sus ojos habían sido transformados en ojos rojos y sin pupila.Las niñas se giraron y se acercaron hacia mi.Sabía que aquellos seres no eran mis primas y decidí utilizar mis poderes.Pero cuando iba a hacer mi giro de muñeca, mi tía Silvia me cogió por la espalda y me envolvió el cuello con su brazo. De reojo vi que también ella tenía los mismos ojos que las niñas. Aquello intentó ahogarme pero me resistí a que me matase y le dí un golpe,fuertemente, en el estomago con mi codo. A lo que ella reaccionó cayéndose redonda al suelo.Lo tenía claro: Debería irme de es casa antes de que parte de mi propia familia me matase. Corrí, desesperada y aterrada, hacía el bosque. Ya parada en un claro.Tomé aire y relajé mi corazón. Ya recuperado el aire, miré a mi alrededor.Aquel paraje me resultaba extrañamente familiar.Pero no sabía de que. Estaba segura de que en el bosque me encontraba a salvo ,pero cuan equivocado estaba.